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Humanities LibreTexts

4.4: Libertad. Igualdad. Fraternidad. (1836)

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    Estas tres palabras evangélicas son el susto1 de los opresores de la tierra, el lema2 y esperanza de la humanidad. Las pronuncian los pueblos con entusiasmo, las repiten con alegría los libres vencedores,3 y alborozan4 en secreto el corazón de los oprimidos. Ellas son el símbolo de la alianza universal, la misión actual de la Europa moderna y el término5 a que por escabrosas6 sendas7 y al través de mares de sangre se atropellan8 las naciones en su marcha atrevida y azarosa.9 Pero al proclamarlas no siempre las entendieron las masas; y la libertad, que pudieron comprender apenas, comparándola con la servidumbre10 que acababan de sacudir,11 no era bastante a existir por sí sola, aisladamente considerada, ni a establecer nada fi jo sin la clara inteligencia de las palabras igualdad y fraternidad. Compendiado12 está en ellas el catecismo13 de la libertad moderna.

    Limitábase antes del cristianismo la libertad a tal o cual país privilegiado que guardaba para sí únicamente aquella deidad preciosa ante cuyas aras14 sacrifi caba, como un avaro15 esconde el tesoro que hace la pasión de su vida. Y proclamándola volaban sus adoradores a esclavizar las naciones, y los que libres se apellidaban, no eran sino los opresores de los débiles. Libertad entonces era casi sinónimo de independencia, y ser libre era sólo no ser esclavo. Pretendíase con empeño16 el derecho de ciudadano sin considerar al hombre como hombre, sino como habitante de un cierto pueblo. Si tenía la dicha17 de haber nacido en el, ejercía su derecho; si no, su condición había de ser la de esclavo forzosamente. Grecia y Roma cumplieron entonces su misión en la marcha progresiva de la humanidad, y cuando su religión y los principios establecidos llegaron al término en que el progreso intelectual había precisamente de adelantarse, el cristianismo alzó la voz, y gritó a los hombres: ¡Igualdad! ¡Fraternidad! Igualdad, sí, dijo el ungido18 del Señor, y la tierra se alborozó19; ¡Fraternidad!, y los hombres en su júbilo se tendieron20 la mano amistosamente. Y en aquellos siglos se echó el eterno cimiento21 de la libertad, que algún día, cuando las gentes comprendan tan santas palabras, ha de brillar como el sol para todos, y hacer un solo pueblo de toda la humanidad. Pero los esclavos, aunque rompieron su cadena y borraron título tan ominoso, encorvaron el cuello bajo el collar de la servidumbre: el feudalismo alzó en Europa sus adustos22 castillos, y desdeñando23 el hombre la tierra que hollaba24 con sus pies, imaginó para su consuelo25 que sólo en otra mejor vida podía llegar a igualarse con su señor. La humanidad, no obstante, marchaba, aunque con lentitud, al alto objeto anunciado por el cristianismo, y el comercio y la guerra, juntando al oriente con el occidente, y trasportando los frutos de uno a otro distante país, emancipó al oprimido del yugo26 del opresor, y abrió anchos caminos por donde se comunicasen unos con otros forzándolos mutuamente a necesitarse. La libertad fue entonces la idea dominante que iluminó la mente del hombre, y los pueblos, saliendo de su estado normal, ejercieron su soberanía, y arrojándose como torrente devastador, abolieron los privilegios y empezó una nueva era de progresos y esperanzas. El siglo XVIII fue el de la destrucción, y los escritores que prodigó27 alzaron el grito de guerra contra los abusos y las tiranías, y el primero y principal pensamiento suyo fue el de allanar28 y derribar cuanto había establecido el despotismo que aborrecían.29 No podía ser otro, porque los obstáculos existían, y era forzoso derribar primero y edifi car después, dejando este cuidado a las generaciones futuras. Una sociedad viciada30 y decrépita abandonó su puesto a otra sociedad indecisa y de transición, y, mezclándose a las nuevas reformas abusos antiguos, quedó un alcázar31 renovado en algunas partes y por otras carcomido32 y desmoronándose.33

    Una escena en una calle de Madrid en que hombres españoles, a pie y con navajas y algunos fusiles, atacan en masa a los mamelucos y guardias imperiales y sus caballos, derribándolos y matándolos. Es una escena caótica y dramática realizada, como la del Tres de mayo, con pinceladas rápidas de pintura húmeda sobre pintura húmeda, las cuales expresan mucha agitación, rencor y dinamismo, a la vez que dan constancia del genio creativo del autor.
    Figura \(\PageIndex{1}\): El 2 de mayo de 1808 en Madrid o La lucha con los mamelucos, de Francisco de Goya, recuerda uno de los momentos más emblemáticos de la Guerra de Independencia Española (1808-1813): la sublevación popular en Madrid en contra de los mamelucos, tropas de élite traídas de Egipto por Napoleón. El cuadro fue ejecutado rápidamente en 1814, justo antes del regreso a España del rey Fernando VII, y es una clara advertencia en contra de la tiranía. Su temática no era del agrado de una monarquía que acababa de ser restaurada y el cuadro no sería exhibido hasta décadas después. Wikimedia Commons [dosdemayo.jpg].

    Tal es la sociedad del siglo presente, que en vano han dado en apellidar positivo,a no siendo sino un siglo de transición, sociedad compuesta de restos de la antigua y pedazos de la naciente; sociedad semejante a los mixtos que la siguen, apuntalados34 en las fi cciones del crédito y partícipes a un tiempo mismo de privilegios y libertades. Pero la humanidad dio un paso inmenso hacia su perfectibilidad, y ahora si levanta una mano de hierro35 para destruir, también tiende la otra para crear.

    Los pueblos se hallan ya en el caso que los niños con sus maestros, que en pocas lecciones aprenden lo que costó a éstos largos años de estudio. El vapor, los caminos de hierro, son un presagio36 de unión para el porvenir; los usos y costumbres de las naciones civilizadas se extienden cada día y aclimatan en todas partes, y los hombres, cuya misión es guiar este movimiento universal de las gentes, han hecho en fi n resonar con voz de trueno37 las santas palabras ¡Igualdad! ¡Fraternidad! En vano hombres nulos38 o pérfi dos39 han tratado de ridiculizar estas palabras, o sus entendimientos no han alcanzado a entenderlas; en vano han preguntado con mofa40 si podía ser igual un héroe a un cobarde, un necio41 a un sabio. La igualdad signifi ca que cada hombre tiene una misión que llenar según su organización intelectual y moral, y que no debe encontrar trabas42 que le detengan en su marcha, ni privilegio que delante de él pongan hombres que nada valieran sin ellos; significa, en fin, que todo sea igual para todos y que la facilidad o difi cultad de su merecer esté en razón de43 la igualdad o desigualdad de las capacidades y no de los obstáculos, que antiguos abusos o errores perjudiciales establecieron.

    Una escena dramáticamente iluminada por el foco de una lámpara colocada en el suelo: a la izquierda las víctimas, algunas ya muertas, tendidas y sangrientas, otras en procesión siendo conducidas desde el fondo hacia el punto de remate, y otros a punto de ser fusilados por el pelotón, el cual está a la derecha, sus miembros vistos de espalda en la oscuridad y vestidos de uniforme y capote grisáceos, apuntando los fusiles de manera uniforme, formándose un bloque destructor anónimo, mecánico, que simboliza al invasor. Como respuesta a esa acitud la víctima principal, fuertemente iluminada y llevando una camisa blanca, arrodillada con las piernas separadas, levanta los brazos en un gesto de desafído; su cuerpo forma una x dinámica que dramatiza la desesperación del pueblo español.
    Figura \(\PageIndex{2}\): El 3 de mayo de 1808 en Madrid o Los fusilamientos, de Francisco de Goya y también realizado de prisa en 1814, representa la ejecución de 43 hombres la madrugada del día tres en represalia por la sublevación. Wikimedia Commons [dosdemayo. jpg].

    En la igualdad consiste por último la emancipación de las clases productoras, hasta ahora miserables siervos44 de una aristocracia tan inútil como ilegítima. Ella es sola la fi anza45 de la libertad, así como la fraternidad es el símbolo de su fuerza. Formen una santa alianza entre los pueblos cultos46 a la manera que sus enemigos, comprendiendo mejor sus intereses, se aprietan47 mutuamente las manos para ayudarse a oprimirlos. Sea su primer grito el de fraternidad para que el triunfo de la libertad sea cierto. Sea la igualdad el pensamiento fuerte que impela48 en su marcha a la humanidad. ¡Pueblos! Todos sois hermanos; sólo los opresores son extranjeros.

    a Del Positivismo de Auguste Comte: basado en hechos empíricos.

    1 miedo, espanto

    2 motto

    3 ganadores

    4 causan alegría extrema

    5 meta final

    6 ásperas, duras

    7 caminos

    8 se chocan en el camino

    9 difícil, peligrosa

    10 servitude

    11 quitarse

    12 expuesto, explicado

    13 difícil, peligrosa

    14 altares

    15 persona avariciosa, miser

    16 con insistencia

    17 fortuna

    18 the annointed one

    19 regocijó, rejoiced

    20 se ofrecieron

    21 base, fundación

    22 severos

    23 despreciando

    24 pisaba, marcaba

    25 alivio

    26 yoke

    27 que dio en abundancia

    28 derrumbar, poner plano

    29 repudiaban

    30 corrompida

    31 fortaleza, palacio

    32 worm-eaten

    33 arruinándose lentamente

    34 braced, as with boards to prevent collapse

    35 iron

    36 señal que anuncia el futuro

    37 thunder

    39 faltos de valor

    40 traidores, desleales

    41 burla

    42 un ignorante

    43 obstáculos

    44 por causa de, en función de

    45 serfs

    46 algo de valor que se entrega como garantía de una obligación

    47 instruidos, ilustrados

    48 to link, to join

    49 impulse


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