4.2.1.1: El texto persuasivo
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El propósito de un texto persuasivo es de convencer a la audiencia de algo, usualmente a través de argumentos y/o ejemplos. Puede valerse de narración, descripción, y exposición, pero a diferencia de estos modos retóricos, en la persuasión observamos un “yo” más concreto, con opiniones y perspectivas claras. Encontramos este modo en varios textos periodísticos, artículos filosóficos, ensayos académicos y más.
Para persuadir, un escritor debe expresar ideas y argumentos diferentes, bajo varias categorías, entre las cuales:
- Ad personam: socavar lo dicho o hecho por otro para apoyar los argumentos del escritor
- Analogía: mostrar la similitud de ideas que no se relacionan fuera de la analogía
- Autoridad: enfatizar una fuente confiable
- Causa: explicar la relación entre causa y efecto
- Deductivo: deducir o extraer conclusiones ciertas
- Definición: dar varias definiciones de una misma cosa, contrastándolas
- Ejemplificación: dar un ejemplo concreto para representar el todo
- Racional: usar ideas generalmente aceptadas por la sociedad
Toma un momento y piensa en un ejemplo propio de cada categoría.
Rasgos lingüísticos importantes
Hay ciertos patrones que se pueden observar en el lenguaje y estilo de un texto persuasivo eficaz. Revisa lo siguiente y considera tu dominio actual del idioma para poder utilizarlos. Anota áreas de crecimiento que puedes identificar.
La precisión del lenguaje
Para comunicar hay que usar las palabras y estructuras precisas, exactas, más adecuadas para expresar lo que busca decir. Esta precisión abarca todas las áreas de expresión. Para orientar tu precisión, considera el propósito de tu comunicación y la audiencia esperada. Así, puedes elegir vocabulario preciso y estructuras o estilos apropiados.
La variedad léxica
Queremos evitar la redundancia en cualquier contexto. No quieres decir algo como: “te dije de lo que me dijo de lo dicho.” La repetición de formas de decir, aunque pueda sonar cómico, no es un recurso habitual a que debes recurrir. Busca las palabras precisas, pero al encontrarlas, no las repites hasta borrarles el significado. Si de verdad no hay mejor palabra, cuando la repites debes incluir la frase, “valga la redundancia.” Algo parecido pasa con las estructuras gramaticales. Debe haber variedad en las estructuras sintácticas a lo largo de un texto.
Los cultismos
Usar frases y palabras cultas, locuciones (conjuntos de palabras que funcionan como una unidad) o expresiones idiomáticas enriquece la escritura y ayuda con la precisión de expresión. Sin embargo ten cuidado con traducir locuciones o expresiones idiomáticas porque pocas veces significan lo mismo.
Los marcadores discursivos
Un marcador discursivo es una palabra o frase que funciona para manejar la estructura o el flujo de un texto. Nuestra sección de transiciones se preocupa por estos marcadores. Para ejemplos adicionales y más explicación, ve este sitio de la Universidad de Barcelona.
Las comparaciones, la ejemplificación, el lenguaje metafórico
Estos recursos—comparar elementos, dar ejemplos para ilustrar algo, utilizar metáforas para explicar algo—ayudan a fortalecer lo persuasivo del texto.
Las oraciones condicionales y la interrogación retórica
Ambas estrategias preparan la escena para las ideas que son desarrolladas en un texto. Las oraciones condicionales activan conocimiento en la audiencia, o introducen opciones que pueden no haber considerado. La interrogación retórica invita a considerar una pregunta sin esperar respuesta, con el fin de comenzar algo, o de afirmar una perspectiva particular.
La despersonalización del discurso
Según el tipo de texto que se utiliza, a veces es aconsejable despersonalizarlo, es decir, de escribir en tercera persona en vez de primera. Esto suele ser más común cuanto más formal sea un texto.