Capítulo 7 - Un nuevo amigo y un super like
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Respiró profundo y empezó a inspeccionar la habitación. El baño fue el primer lugar y lo que más miedo le dio fue abrir la cortina de la ducha. Al ver que no había nada se sintió más segura y continuó revisando el resto. Tras unos minutos pensó: ‘¡Qué tonta soy. Aquí no hay fantasmas’. Solo para asegurarse, se asomó debajo de la cama y oyó un portazo que casi la mata del susto. Volteó para mirar y vio que la puerta del baño se había cerrado.
Inmediatamente, Rocío revisó las ventanas para ver si el viento había cerrado la puerta, pero todas estaban cerradas. Como estaba asustada, salió corriendo de la residencia y llamó a Lucía por el camino para saber si podía pasar la noche en su casa.
— Aló, Lucía. ¿Puedes escucharme? Se oye mucho ruido.
— Hola, sí, sí te escucho. ¿Cómo estás? Suenas muy estresada.
— Bueno… la verdad es… es que sí estoy muy estresada porque en mi habitación pasan cosas… No creo en fantasmas, pero al final sí que voy a tener que llamar a la espiritista amiga de mi cita de Tinder — se rió con nerviosismo —. Anyway…Quería preguntarte si me puedo quedar en tu casa esta noche.
— Claro, pero ahora estoy en los outlets de Vacaville. Vine de compras con dos amigas. Lo siento, estamos empezando a cenar. Llegaré en un par de horas.
— ¡No te preocupes! Tómate el tiempo que necesites. Mientras voy caminando a tu casa. ¡Disfruten de la cena!
— ¡Perfecto! — respondió Rocío, ya más relajada.
Enfadada consigo misma por ser tan miedosa, no miraba por donde caminaba hasta que llegó a un parqueadero inmenso. Le llamó la atención la luz de un carro y la música que se escuchaba. Reconoció el ritmo de la canción de Shakira y Bzrp. Cuando estuvo cerca del carro, sonó su parte favorita de la canción:
‘Sorry baby, hace rato que yo debí botar ese gato…’. Rocío no se pudo contener y empezó a cantar: ‘Una loba como yo no está pa´novato´… Una loba como yo no está pa´tipos como tú—uh—uh—uh…’.
Sorprendido, un chico sacó la cabeza por la ventana y vio a Rocío cantando. Hicieron contacto visual y siguieron cantando el resto de la canción. Rocío estiró la mano y le dijo:
— Nice to meet you. I’m Rocío.
El chico también le dio la mano y le dijo:
— Yo me llamo Shakira. Just kidding! Soy Daniel y también soy de Colombia. — ¿También? ¿Cómo supiste que soy colombiana?
— Dije “también” por Shakira, pero noté que tu acento es colombiano. Eres rola, ¿no? Así creo que les dicen a los que son de Bogotá.
— Sí, exactamente. ¿Y tú? Por tu acento diría que eres de la zona cafetera, ¿verdad? — ¡Sí, parcera! Soy paisa, como los de las series de Netflix. Jajaja... me río, pero la verdad es que no me gustan los estereotipos de narcotraficantes de las series colombianas. Varias veces me he sentido muy incómodo porque aquí, en los EE.UU, muchas personas asocian Colombia con temas de drogas o situaciones violentas que yo no he visto en mi país. Me gustaría que nos reconocieran por ser uno de los mayores exportadores de flores del mundo o por el buen sabor del café y de las arepas. By the way, las arepas las compro en la tienda internacional, en la 8th, cerca de Grocery Outlet, donde compro el café colombiano. Por si quieres comer arepas algún día.
— Gracias por el dato. ¿Y qué estudias?
— Soy estudiante graduado y estoy haciendo un doctorado en lenguas indígenas en Colombia. ¿Y tú?
—Qué interesante. El otro día vi un mapa del reparto de lenguas en el país. Te lo puedo compartir si quieres. Ahora, dime: ¿por qué estás aquí, oyendo música en un parqueadero? — Bueno… duermo aquí. Mi amigo me presta su carro para dormir. Mi familia tuvo una emergencia en Colombia y mis padres no pueden pagar mi renta. Y como tengo una visa F1, no puedo trabajar. Afortunadamente, la universidad tiene programas de ayuda para la alimentación. No imaginas cuánto amo el Pantry.
— ¿El Pantry?
— ¿No conoces el Pantry? Ayuda a los estudiantes con comida, con productos de higiene personal y sexual y otros ítems básicos. Solo tienes que mostrar tu Aggie Card. — ¿Y dónde está?
— Pues tienes varias opciones. Puedes hacer walk-in sin cita previa, dentro del Memorial Union. O puedes pedir online y recoges el pedido allí en el MU.
— Gracias. Mañana mismo iré. ¿Duermes en el carro todos los días?
— De lunes a jueves. Los fines de semana voy a casa de un primo en Woodland. Y estoy esperando a que me llamen de Aggie Compass Basic Needs Center. También me apoyo en el Student Health and Counseling Services. Deberías chequear su web.
— Me pone muy triste saber que duermes aquí. Ahora debo irme, pero ¿puedo invitarte a un café y arepas uno de estos días? Dame tu número de teléfono y te mando un mensaje. Y envíame la web del Student Health porfa y yo el mapa de las lenguas.
— Por supuesto. Nunca le digo que no a unas buenas arepas.
Rocío sonrió alejándose, pero en realidad estaba muy triste por la situación de Daniel. Mientras caminaba, pensaba en cómo se bañaba, cocinaba o simplemente cómo se protegía del frío y del calor. ‘No entiendo como Daniel puede tener tan buena actitud y no quejarse... Pfff… A mí se me cierra la puerta del baño y creo que se me acabó el mundo’ —dijo Rocío.
Al ver la hora, Rocío se dio cuenta de que Lucía estaría al llegar y caminó más rápido. Cuando llegó, Lucía todavía no estaba. Para entretenerse, sacó su celular y abrió Tinder. Con gran sorpresa vio que tenía un mensaje de la primera persona con quien tuvo un Super like. Era Paula, la persona que más le había gustado, pero después de un ‘hello’, ella no había vuelto a escribirle.
Paula le envió su número de teléfono. De inmediato Rocío la llamó y le contó todas sus
aventuras del día, incluyendo al chico que había conocido en el parqueadero. Paula le contó su rutina habitual en el laboratorio y su vida en Chile antes de migrar a los Estados Unidos. Ambas sintieron que tenían mucho en común. Les encantaba la comida italiana, viajar, aprender idiomas y mandar memes por mensajería.