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1.5: El texto descriptivo

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    El texto descriptivo

    Un texto descriptivo es el que nos transmite las características de una persona, animal, o cosa.  La palabra "cosa" hay que entenderla de forma muy general, porque puede referirse a algo concreto (un coche, una casa, un móvil, por ejemplo) o un conjunto de cosas concretas (una ciudad, paisaje), incluso podríamos describir algo abstracto (los sentimientos o emociones que presenta una persona en una situación determinada).

    La intención comunicativa al describir es explicar con palabras cómo es alguien o algo. Es una especie de pintura o fotografía con palabras.

    En un cuento o novela, normalmente las descripciones se encuentran asociadas a partes narrativas y dialogadas; pero las descripciones no se encuentran, evidentemente, solo en la literatura: en la vida diaria recurrimos a ellas cuando tenemos que explicar cómo es una persona, o un lugar en que hemos estado.

    Clasificación de las descripciones según la posición del autor del texto

    Objetiva

    Muestra la realidad tal y como es.

    Subjetiva

    Presenta la realidad tal y como la percibe el hablante.

    Clasificación de las descripciones según el enfoque adoptado

    Realista

    Pretende presentar lo bueno y lo malo; domina la objetividad.

    Idealista

    Presenta solo lo bueno, o lo que le gusta al autor del texto; domina la subjetividad.

    Degradante

    Presenta fundamentalmente lo malo, o lo que disgusta y produce desagrado al autor; domina la subjetividad. El propósito del texto puede ser humorístico, o satírico, o tal vez se deba a que se desea producir un efecto en el lector (inquietud, por ejemplo, en un cuento de terror).

     

    Clasificación de las descripciones de acuerdo con el tema

    Personas

    Prosopografía

    Descripción de los detalles físicos.

    Etopeya

    Descripción de los aspectos psíquicos, morales, los gustos y costumbres.

    Retrato

    Descripción completa.

    Autorretrato

    Descripción del propio autor.

    Caricatura

    Retrato subjetivo con fines humorísticos o satíricos; se exageran los detalles (hipérbole).

    Espacios

    Topografía

    Descripción de un lugar, una ciudad o pueblo, un paisaje. Podemos distinguir entre los espacios interiores y los exteriores.

     

    La lengua de los textos descriptivos

    Verbos

     
    • Aparecen muchos verbos copulativos (ser, estar, parecer).
    • Se observa que muchas formas verbales van en presente o pretérito imperfecto de indicativo.

    Sustantivos

     
    • En una descripción son frecuentes los sustantivos, pues es necesario concretar los distintos objetos o conceptos de los que hablamos. Muchas veces (descripciones de personas, animales, cosas, paisajes) serán sustantivos concretos.

    Adjetivos

     
    • Son muy abundantes, pues sirven para especificar o explicar detalles.

    Adverbios

    • Encontraremos adverbios de lugar, de tiempo, de cantidad (como modificadores de adjetivos, muchas veces, para indicar la gradación), y de modo.

    Comparaciones y metáforas

     
    • A veces encontraremos diversas comparaciones (como recurso retórico se habla de "símiles"), que sirven para ejemplificar, explicar o insistir (es decir, enfatizar) algunos detalles.
    • En los textos descriptivos de tipo literario encontraremos muchas veces metáforas.

     

    Una metáfora, como recordarás, es la sustitución de una palabra por otra, o por un conjunto de palabras, cuando entre los conceptos que indican hay una relación de semejanza. Las metáforas no solo suceden en literatura, sino también en el lenguaje de la vida cotidiana.  Por ejemplo, llamamos “estrella” a un actor o actriz que destaca entre los demás.

    Al analizar una metáfora vemos un “término real” (aquello de lo que realmente hablamos, en este caso “actor” o “actriz”), un “término imagen” (la palabra o grupo de palabras que empleamos: “estrella”), y una, como hemos dicho, relación de semejanza: en este caso, que una estrella destaca en el conjunto –el cielo-, como ese actor o actriz destaca entre los demás.


    Elaboración de un texto descriptivo

    Para escribir una descripción hay que plantearse tres cosas: el tema de nuestro texto; la organización o disposición de los detalles; y cómo lo expresamos con palabras.

    Vamos a analizar cada uno de estos aspectos.

    Tema

    En la selección del tema de nuestra descripción, el enfoque que tenemos que adoptar es diferente según se trate de una persona, de un animal, de un objeto, de un lugar o paisaje.

    Cuando observamos algo, ponemos los cinco sentidos en funcionamiento: vista, oído, olfato, gusto, tacto. A la hora de describir tenemos que tener en cuenta los detalles que percibimos a través de ellos.

    Las personas, los animales y las cosas, además, nos producen una impresión: lo que nos gusta o disgusta, lo que nos recuerda, lo que imaginamos y pensamos.  Al hacer una descripción no solo tenemos en cuenta los datos sensitivos, sino también lo que pasa por nuestra cabeza y lo que sentimos.

    Por otro lado, en algunas descripciones de ambientes (por ejemplo: la playa, un mercado,  una plaza, el monte) existirán personas, animales o cosas en movimiento.  Las descripciones son en general estáticas, es decir, como una fotografía. Es posible, sin embargo, en este caso, plantear una descripción dinámica, como si de una secuencia cinematográfica se tratase.

    Además, si conocemos a la persona que queremos describir, entonces sabemos algo de ella: sus aficiones, su relación con la familia y el mundo en general, su actitud y comportamiento.

    Debes seleccionar los detalles que te parezcan interesantes para tu redacción. Lo mejor es hacer una lista de todos ellos.

    Organización

    Respecto a la organización, tienes que plantearte cómo vas a desarrollar tu texto. Debe seguir algún tipo de orden para que el lector no se líe, comprenda lo que quieres decir, y se interese por lo que escribes. Imagina, por ejemplo, que quieres describir una habitación: te imaginarás entrando en ella, abriendo la puerta, y entonces tal vez lo primero que habría que hacer es ofrecer una visión muy general, para que el lector vea esa habitación con tus ojos. Luego, pasarás a dar detalles, siguiendo algún tipo de orden: la mesa, la cama, la estantería, lo que hay en las paredes, lo que hay en el suelo, etc.

    Depende de ti elegir el criterio de organización. Un criterio que tenga en cuenta el espacio, al referirse a un lugar, puede seguir un orden  de arriba abajo; o de dentro afuera; o de lo más próximo a lo más alejado; y en los tres casos se podría seguir, obviamente, el orden inverso. Si seguimos una organización así, el sentido dominante será la vista.

    El tema de la descripción determina en gran medida el orden que seguiremos. Describiendo a personas, podríamos seguir un orden lógico, ir de lo general a lo particular, o al revés: podríamos hablar de su aspecto físico general y su modo de vestir, para luego pasar a describir su cara, sus ojos, sus manos, etc. Recuerda que tambiés es importante indicar la impresión, positiva o negativa, que te causa.

    Expresión en palabras

    Otro aspecto que hay que plantearse es la expresión en palabras de lo que queremos decir; los distintos elementos en que nos queremos fijar requerirán cada uno un sustantivo. Estos elementos también irán acompañados de una serie de adjetivos que corresponderán a las características que queramos destacar de ellos.

    Tu expresión debe ser clara, precisa y concisa; en general, es mejor emplear frases breves y sencillas, sin alargar mucho las oraciones.

    Tanto el tema, la organización y la expresión no son fases sucesivas: hay que tenerlas en cuenta a la vez. En general, al escribir una redacción de cualquier tipo, tendrás que hacer un pequeño esquema o borrador (para organizarte bien, y que no se te olviden detalles luego), y luego revisarlo para quitar lo que no te gusta, y enriquecerlo con otros detalles. Cuando hayas terminado, vuelve a revisar todo por si te has dejado algo, o has cometido alguna falta de ortografía.

    Fuente: Análisis y comprensión de textos, CC BY-NC-SA. 

     

    Los cinco sentidos

    Todos conocemos los cinco sentidos. Aquí encontrarás un listado de palabras relacionadas con ellos.  Revisa la lista; la mayoría de las palabras las conocerás, si no, busca en el diccionario las que no sepas.  Tal vez se te ocurran muchas más, en cada caso.

    Las listas están organizadas a modo de campos semánticos; un campo semántico es el conjunto de palabras, de la misma categoría gramatical (es decir: todas ellas verbos, sustantivos, etc.) que comparten un rasgo semántico.

    Hay algunas plabras, como conocido/desconocido, agradable/desagradable, que se podrían relacionar con los cinco sentidos. 

    La vista

    A través de la vista vemos la luz, el color, la posición, el tamaño y la forma de las cosas; también percibimos los gestos que realizan las personas.

    • Verbos: acechar, atisbar, avizorar, contemplar, divisar, entrever, espiar, mirar, observar, ojear, otear, ver, vigilar, vislumbrar.

    • Sustantivos: alba, aurora, brillo, ceguera, coloración, crepúsculo, daltonismo, estrabismo, estrella, miopía, mirada, oscuridad, penumbra, sombra, tiniebla, tonalidad.

    A continuación te mostramos una lista de adjetivos para describir la luz, el color, la forma y el tamaño:

     Luz

    Brillante, cegador, deslumbrante, diáfano, difuminado, difuso, iluminado, luminoso, nacarado, nítido, opaco, oscuro, tamizada, tenue, translúcido, transparente.

    Color

    Chillón, descolorido, fosforescente, incoloro, iridiscente, mate, multicolor, pálido, pastel, vivo.

    Forma y tamaño

    Alargado, alto, abombado, amplio, ancho, angosto, bajo, circular, colosal, cóncavo, convexo, curvo, desmesurado, enorme, estrecho, irregular, lineal, microscópico, minúsculo, pequeño, simétrico, vasto.

    El oído

    A través del oído percibimos los sonidos: la música, el ruido, la voz.

    • Sustantivos: canto, chasquido, chirrido, murmullo, música, resonancia, ruido, rumor, sonido, susurro, timbre, tono, volumen, voz.

    Otros sustantivos en relación con este sentido también son: acento, entonación, inflexión, tono, volumen.

    •  Verbos: articular, cantar, escuchar, exclamar, gritar, oír, pronunciar, recitar, rugir, suspirar, susurrar, vociferar.

    • Adjetivos: agudo, atronador, bajo, bullicioso, cadencioso, cascabelero, chirriante, clamoroso, crispante, crujiente, débil, estrepitoso, estridente, estruendoso, fuerte, gangoso, grave, martilleante, metálico, musical, rechinante, relajante, resonante, rítmico, ronroneante, ruidoso, seco, silbante, sostenido, susurrador, ululante, vibrante, vigoroso, zumbador.

    El olfato

    Con el olfato se distinguen y se perciben los olores.

     •  Verbos: husmear, oler, olisquear.

    •  Sustantivos: aroma, colonia, fragancia, olor, perfume.

    •  Adjetivos: apestoso, aromático, asqueroso, delicioso, dulce, embriagador, excitante, fétido, floral, fragante, hediondo, insípido, intenso, maloliente, mefítico, nauseabundo, oloroso, penetrante, pestilente, picante, refrescante, repugnante, suave, subyugante.

    El gusto

    Gracias al gusto percibimos el sabor y la consistencia de las cosas. Sin embargo, debes tener en cuenta que el gusto es un sentido muy relacionado con el olfato.

    Adjetivos: ácido, agridulce, agrio, ahumado, amargo, delicioso, dulce, insípido, picante, rancio, sabroso, salado, soso, suave.

    El tacto

    A través del tacto percibimos las características de la superficie de las cosas; también reconocemos su dureza y su peso; su viscosidad, su humedad y temperatura.

    • Verbos: acariciar, palpar, rozar, tocar.
    • Adjetivos: áspero, aterciopelado, blando, deformado, delicado, duro, esponjoso, fino, flexible, húmedo, liso, macizo, pastoso, pegajoso, pesado, pulimentado, punzante, resbaladizo, rígido, rugoso, seco, sedoso, suave, táctil, untuoso.
    • Adjetivos: ardiente, caldeado, cálido, aliente, caluroso, fresco, frío, incandescente, refrescante, templado, tibio.

     

     

    Descripción de personas

    En una narración, normalmente los personajes vienen descritos de forma muy breve; descubrimos cómo son a través de lo que hacen y lo que dicen.

    En un texto descriptivo, en cambio, al describir personas, o también los personajes de una novela, tenemos que tener en cuenta tanto su aspecto físico como su personalidad, y, en relación con esta última, la relación con su familia y los demás. En el caso de personas cercanas a nosotros, podremos hablar de sus gustos y aficiones.

    Recordarás que, en un apartado anterior, mencionábamos varios tipos de descripción de personas o personajes:

    • Prosopografía.
    • Etopeya.
    • Retrato.
    • Autorretrato.
    • Caricatura.  

    Para realizar cada una de ellas te proponemos un listado de adjetivos que pueden serte útiles. Primero vamos a ver las palabras relacionadas con el físico, para luego ver las referentes a la personalidad.

    Físico

    • Aspecto general: ágil, alto, atlético, bajo, barrigudo, canijo, corpulento, débil, delgado, deportivo, esbelto, esmirriado, firme, flaco, fuerte, gordo, joven, ligero, macizo, maduro, robusto, sano, torpe, viejo.
    • Boca: fina, firme, fresca, grande, pequeña, redonda, torcida.
    • Cabellos: abandonados, ásperos, brillantes, calvo, castaños, claros, cortos, cuidados, desordenados, despeinados, ensortijado, espesos, finos, grasos, largos, lisos, lustrosos, negros, ondulados, opacos, peinados, pelirrojo, recogidos, rizados, rubios, sedosos, sucios.
    • Cara: afligida, amplia, ancha, ascética, castigada, chupada, confiada, cuadrada, curtida, delgada, desconfiada, dulce, dura, endurecida, expresiva, fina, franca, fresca, impenetrable, inexpresiva, inteligente, jovial, larga, llana, llena, redonda, rolliza, salvaje, seca, serena, severa, simpática, tranquila, triste.
    • Cejas: arqueadas, delgadas, espesas, gruesas, juntas, pobladas, separadas.
    • Cuello: corto, elegante, fino, grueso, largo.
    • Dientes: alineados, amarillentos, blancos, torcidos.
    • Frente: abombada, amplia, arrugada, baja, estrecha, inteligente, lisa.
    • Labios: blanquecinos, delgados, estrechos, finos, grandes, herméticos, sensuales, voluptuosos, pintados.
    • Manos: ágiles, blancas, cálidas, delicadas, finas, firmes, grandes, gruesas, jóvenes, rudas, rugosas, sensibles, torpes.
    • Mejillas: blandas, caídas, chupadas, deshinchadas, hinchadas, redondas, rojas, rudas, suaves.
    • Nariz: aguileña, amplia, chata, fina, larga, puntiaguda, recta, redonda, respingona, torcida.
    • Ojos: ausentes, azules, bajos, concentrados, despiertos, duros, fugitivos, glaucos, impenetrables, inexpresivos, intensos, lacrimosos, maliciosos, movedizos, muertos, negros, nerviosos, serenos, soñadores, tiernos, tristes, turbios, vivos.
    • Orejas:  grandes, largas, pequeñas, redondas.
    • Pestañas:  claras, espesas, largas, negras, rizadas.
    • Piernas:  delgadas, enclenques, flacas, fuertes, gruesas, largas, huesudas, rechonchas, robustas, secas.
    • Tez: aceitosa, aceitunada, albina, amarillenta, blanquecina, bronceada, ceniza, lívida, morena, oscura, pálida, pelirroja, rosada, tostada.
    • Vestido: abandonado, bonito, chillón, deportivo, desaliñado, discreto, elegante, feo, pobre, sencillo, sofisticado.
    • Voz: aguda, alegre, atronadora, chillona, clara, débil, delicada, dulce, gangosa, grave, potente, ronca, suave.

    Personalidad

    Carácter: aburrido, afable, agresivo, alegre, amable, antipático, apasionado, arrogante, atento, atolondrado, atrevido, bárbaro, bobo, bruto, burlón, campechano, caradura, cazurro, chiflado, chulo, cobarde, confiado, contestatario, contestón, cotilla, creído, culto, débil, decidido, desordenado, despierto, desvergonzado, dinámico, divertido, dócil, educado, entremetido, entusiasta, estúpido, exigente, extravagante, extrovertido, fanático, fanfarrón, feliz, fiel, generoso, grosero, gruñón, hermético, honesto, honrado, humilde, huraño, idiota, iluso, imbécil, indiscreto, inexpresivo, ingenioso, inseguro, insolente, insoportable, inteligente, introvertido, leal, lelo, listo, llorón, majadero, malhumorado, malicioso, malo, malvado, melancólico, memo, mentiroso, meticuloso, metomentodo, miedoso, nervioso, noble, optimista, orgulloso, original, pacífico, perezoso, presumido, prudente, raro, rebelde, reservado, risueño, sabiondo, sagaz, salvaje, sensato, sencillo, sensible, sereno, serio, simpático, sincero, soberbio, sociable, soez, solitario, soñador, soso, tacaño, taciturno, terco, tímido, tozudo, torpe, trabajador, traicionero, triste, vago, valiente, violento, voluntarioso, zascandil, zopenco.

     

     

    Descripción de espacios

    En la descripción de lugares lo primero que hemos de distinguir es si se refiere a un espacio interno (una casa, por ejemplo) o externo (una ciudad, una plaza de la ciudad, un paisaje). En la descripción de paisajes tenemos que tener en cuenta los diversos elementos de la naturaleza: el mar, los ríos, los montes, los prados, el cielo, etc.

    Por otro lado, en los textos en que se describen lugares es necesario localizar las cosas; las siguientes palabras o expresiones pueden serte útiles: a, a la derecha, a la izquierda, a la orilla de, a lo lejos, abajo, acá, al borde de, al fondo, al pie de, allá, allí, alrededor de, aquí, arriba, cerca de, de cara a, de espaldas a, debajo, delante, dentro, desde, detrás, donde, en, encima de, en el centro, en el horizonte, en medio, en primer plano, enfrente de, entre, frente a, fuera, hacia, hasta, junto a, lejos de, por.

    Al redactar la descripción de un espacio exterior, tal vez lo más adecuado sea hablar primero de la extensión y localización, presentar luego aspectos generales, para finalmente detallar de forma más prescisa algunos elementos. Recuerda que debes imaginar, o ver las cosas con los cinco sentidos, y que es importante transmitir la emoción o sensación que te produce ese lugar.

    • Entre los sustantivos que podríamos emplear podemos citar los siguientes: acantilado, acequia, archipiélago, arroyo, bahía, bajamar, camino, campo, canal, cañón, cielo, colina, collado, costa, cultivo, desembocadura, garganta, horizonte, interior, isla, lago, laguna, llanura, lluvia, mar, marea, montaña, monte, océano, olas, pleamar, playa, pradera, puerto, puente, regato, remolino, ría, ribera, río, sierra, torrente, vereda.
    • Y podríamos tener en cuenta, entre otros, los siguientes adjetivos: ancho, árido, artificial, cubierto, cuidado, cultivado, descuidado, despejado, estrecho, grisáceo, invernal, natural, nublado, otoñal, peligroso, primaveral, seco, soleado, tropical, veraniego.
    • En referencia al cielo podemos recurrir a estos adjetivos: azul, celeste, cubierto, despejado, gris, luminoso, nublado, plomizo.
    • Los árboles podrían ser de hoja caduca o perenne; altos o bajos; frutales; y podrían formar un bosque frondoso.
    • En cuanto al mar, podríamos pensar, según el caso, en los siguientes adjetivos: alborotado, azul, cristalino, peligroso, tranquilo, turbio.
    • Respecto a un río: ancho, caudaloso, contaminado, limpio, peligroso, profundo, transparente, seco, sucio.

    Las descripciones pueden aparecer en poesía. En el fragmento siguiente, se describe un lugar agradable:

    Corrientes aguas puras, cristalinas,
    árboles que os estáis mirando en ellas,
    verde prado de fresca sombra lleno,
    aves que aquí sembráis vuestras querellas,
    hiedra que por los árboles caminas,
    torciendo el paso por su verde seno [...]
    (Garcilaso de la Vega, Égloga I)

    Un pequeño comentario sobre este fragmento: es del Renacimiento (siglo XVI), y en esta corriente literaria se da importancia al paisaje. Los versos, como verás, son endecasílabos (once sílabas); es un verso muy frecuente en este periodo literario.

    Observa la abundancia de adjetivos: corrientes, puras, cristalinas, verde, fresca, lleno.  La palabra "verde" se repite dos veces.

    En cuanto a los recursos literarios, verás una enumeración (porque se citan varios elementos del paisaje: aguas, árboles, prados; junto con sus adjetivos); una aliteración (porque se repite el sonido /r/ en el tercer verso; también se repiten las vocales); y lo más importante: una personificación (porque el que está hablando lo hace dirigiéndose a los elementos de la naturaleza: se advierte en el determinante posesivo "vuestras").

    Como ves, un breve fragmento da mucho juego a la hora de estudiar sus recursos lingüísticos y literarios.

    Cuando describimos un espacio público, un lugar con gente, por ejemplo, una plaza, podemos empezar con una descripción general, y pasar luego a decir algo de las personas que nos llamen la atención: gente que cruza una calle, padres o madres que llevan un carrito de bebé, vendedores callejeros, etc. Para hacer más rica la descripción, se señalan detalles concretos, que permitirán al lector imaginarse mejor el lugar.

    En cuanto a la descripción cinematográfica, la denominamos así por su dinamismo, por la presencia de elementos en movimiento. Se acerca al texto narrativo, dado que hay acciones, pero en este caso no hay personajes: el ejemplo anterior de una plaza, con gente moviéndose o paseando por ella, es una descripción del contexto en el que podrían aparecer los personajes protagonistas de una novela. Aquí tienes un ejemplo:

    El Corral de la Fandanga registraba un lleno hasta la bandera: en la penumbra de la sala Lorencito advirtió que el público estaba compuesto en su inmensa mayoría por japoneses. Abundaban las monteras taurinas, los sombreros de ala ancha y las cámaras de video y de fotografía, y los taconeos de la bailaora que en ese momento se retorcía sobre el escenario eran saludados con palmas arrítmicas y vibrantes olés.

    (Antonio Muñoz Molina, Los misterios de Madrid)

    Si queremos describir un espacio interior, como una habitación, ten en cuenta estas expresiones que indican situación: al fondo, a mano derecha/izquierda, en la pared, en medio, en el suelo, en el techo...etc. Puedes hablar de las cosas que hay en ella; de la luz que recibe y su reflejo; si es grande y espaciosa, o pequeña, pero acogedora; de la decoración, etc.

    Por último, si se trata de una casa, es importante indicar tanto el espacio exterior como interior: dónde está situada, cómo es su fachada, cómo son sus paredes, sus ventanas, sus balcones, la puerta principal; los jardines, si los hay; la calle; su altura. Eso en cuanto al exterior. En cuanto al interior: su distribución, la entrada o recibidor, el salón, los pasillos, la cocina, etc.

     

     

    Descripción de objetos

    Las descripciones, como recordarás, pueden ser objetivas o subjetivas. Si es objetiva tendremos que limitarnos a detallar lo que vemos sin entrar en valoraciones personales. En cambio, en una descripción subjetiva  siempre habrá algún tipo de valoración; explicaremos si nos gusta o no, a qué nos recuerda, etc.

    Un recurso muy frecuente en la descripción de objetos es la comparación (hablamos entonces de un "símil"). A la hora de comparar un objeto, hay que plantearse lo que tiene de parecido y lo que tiene de diferente, en relación con otros objetos, y conviene presentar primero las semejanzas, y luego las diferencias, o al revés, pero sin mezclarlas.

    Describir un objeto puede ser fundamental dentro de una narración. Es como cuando en una película la cámara se centra en una cosa, y se acerca. De esta forma, el espectador, y en el caso de la escritura el lector, se fija en ese objeto.

    En la descripción de objetos hemos de tener en cuenta:

    • Forma y tamaño.
    • Material del que está hecho.
    • Partes de que consta.
    • Función de las partes.
    • A qué se parece.
    • Cómo se usa.
    • Para qué sirve.
    • Procedencia, etc.
    • Cuidados que exige, en su caso.

     


    Adaptada de: 

    Guillermo Diamante Colado y Laura Morales López, Análisis y comprensión de textos, CC BY-NC-SA. 


    1.5: El texto descriptivo is shared under a not declared license and was authored, remixed, and/or curated by LibreTexts.

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