12.1: Introducción
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Gustavo Adolfo Bécquer
Gustavo Adolfo Bécquer nació en Sevilla el 17 de febrero del año 1836, a una familia noble de orígen flamenco. Su madre se llamó Doña Joaquina, y su padre, Don Jose Dominguez Bécquer, fue un pintor reconocido. Bécquer quedó huérfano a los 9 años, y con el apoyo de su tío ingresó en el Real Colegio de Humanidades de San Telmo. Gustavo heredó el temperamento artístico de su padre, y se dedicó al estudio y la práctica de la escritura, la pintura, el dibujo, y la música. Después, vivía en la casa de su madrina, Doña Manuela Monchay, donde tenía acceso a su biblioteca personal que contaba con muchas obras significantes que influyeron la obra de Bécquer, sobre todo libros de poesía (Olmstead).
Bécquer tenía ambiciones de ser un escritor conocido, y entonces en 1854 a los 17 años dejó Sevilla para Madrid para buscar oportunidades profesionales. Sin embargo, pasó 3 años sin publicar, hasta el diario madrileño La crónica publicó su cuento «El caudillo de las manos rojas, tradición india» en 1857. Este mismo año, empezó un proyecto ambicioso, la Historia de los Templos de España, en que varios escritores y artistas documentaron detalladamente la arquitectura histórica del país. Durante el desarrollo del libro, Bécquer adquirió gran conocimiento de las ruinas y los edificios antiguos de España, sitios que después formaron los escenarios de sus obras de ficción. El proyecto nunca se terminó y solo el primer volumen se publicó, pero la obra refleja la gran preocupación por la destrucción de las iglesias y los edificios de valor artístico, que habían sufrido una destrucción acelerada durante el siglo XIX por las leyes de desamortización, la construcción de edificios modernos, y las guerras civiles (Benítez 61).
La idealización del pasado, sobre todo la Edad Media, es un elemento del Romanticismo muy presente en la obra de Bécquer, junto con otros temas románticos como la emoción, el lirismo y la imaginación. Sin embargo, el auge de este movimiento literario ya había pasado en los 1860 cuando escribía Bécquer, y otros movimientos opositores como el realismo fueron más predominantes. Así, el resultante período posromántico fue caracterizado por muchas contradicciones y tendencias conflictivas. Bécquer se considera el escritor más destacado de este período posromántico, desde 1844 hasta 1870 (Sanders viii). Por la fuerte influencia de catolicismo en su obra, el Romanticismo de Bécquer puede ser considerado tradicional, en contraste con los románticos liberales o revolucionarios que escribieron obras más explícitamente políticas. Bécquer también publicó ensayos periodísticos en publicaciones significantes como El Contemporáneo y La Ilustración de Madrid, pero sus obras más famosas son Rimas, su colección de poesía, y Leyendas, sus cuentos inspirados por las tradiciones orales, en particular las de Toledo.
Como muchas de sus leyendas, «La rosa de pasión» está ambientada en la España medieval, en la ciudad vieja de Toledo. La leyenda apareció en la revista conservadora El Contemporáneo en 1864, y fue la última de las 14 leyendas que publicó (Cubero Sanz 347). Los personajes principales son dos judíos: Daniel y su hija Sara. El padre descubre que su hija tiene un amante cristiano y se ha convertido al cristianismo, por lo cual la castiga de manera cruel. La tradición católica es un fundamento importante en toda la obra de Bécquer, particularmente en «La Rosa de Pasión»; la obra fue subtitulada Leyenda religiosa (Béjar 16), y como muchas de sus leyendas, se basa en superstición religiosa.
Bécquer falleció el 22 de diciembre del año 1870 en Madrid a los 34 años. Aunque se dice frecuentemente que Bécquer murió de tuberculosis, enfermedad conocida como «la enfermedad romántica» debido a lo común que era durante el período romántico en España, probablemente murió de otra enfermedad (Sanders 185). La escritura de Bécquer influyó a muchos autores famosos como Federico García Lorca y Rubén Darío, y sigue siendo uno de los autores más estudiados del idioma español.